terça-feira, janeiro 13, 2004

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Esta entrevista es capital para entender el futuro de Venezuela. Por primera vez, Chávez sostiene que ha ordenado a los militares de que disparen contra la población. Que no hay reconciliación y deja caer que pudiera no irse nunca, o hasta que no termine su “proyecto”.

El Universal [Caracas] - 12 de enero de 2004

Entrevista // Chávez indica a oposición que violencia "pudiera ser su final físico"

"Seguiremos gobernando con o sin reconciliación"


ALFREDO ROJAS
EL UNIVERSAL

Prefiere mirar sin desencanto un futuro sembrado de controversia. El reto no es sólo electoral, sino cómo esa circunstancia ayuda a recomponer el orden político. Chávez, el Presidente, en el Airbus, luce ansioso por un desenlace, pero no se embarca en la duda. Percibe espinoso creer la oposición, una traba que parece arrinconar cualquier iniciativa para remediar el desencuentro en lo público.

-¿Cómo percibe el ambiente de reconciliación política?

-Ese discurso se puede entender de muchas maneras. ¿Reconciliación para traicionar la esperanza de un pueblo? Jamás. No hay reconciliación posible con quienes destrozaron el país, con quienes pretenden seguir causándole daño al pueblo, con quienes no respetan la Constitución, porque no se trata de reconciliación en lo personal. Aquí no hay amores rotos. Se trata, en todo caso, de que todos tenemos que reconciliarnos con la Constitución. Nosotros no hemos roto nunca con esta Constitución. Así que no tenemos ninguna reconciliación pendiente -yo no tengo ninguna. Los sectores que decidieron irse por la vía del golpismo, y que todavía algunos insisten en ello: medios de comunicación, partidos políticos, diputados, alcaldes, gobernadores, tienen pendiente una reconciliación con la Constitución. Allá ellos si la hacen, ojalá la hagan. Nuestra tarea es seguir gobernando al país con o sin reconciliación. Yo lo asumo así: la reconciliación pendiente -yo no tengo ninguna-, de algunos sectores esta en la Constitución. Es la reconciliación que yo quisiera que ocurriera en el país. No se trata de reconciliarnos para darnos un abrazo, porque hemos peleado y vamos a rehacer nuestra relación de amistad y de amor. La reconciliación de Punto fijo, que algunos evocan -el reparto del poder a espaldas de un pueblo-, eso jamás va a volver aquí. Se acabó -yo le pongo comillas- a esa reconciliación.



-¿Y cómo queda el diálogo en esa perspectiva?

-Siempre, sólo que no el diálogo como vía para la imposición, como lo asumió, durante mucho tiempo, la elite que dominó al país, sobre todo los sectores económicos de esa vieja elite, los dueños de los medios, y algunos otros sectores, pero sobre todo ellos, que son los que personalizan el nudo más duro del viejo poder -es la dominación económica, y que manejaban como marionetas a los presidentes, diputados, de todo. Algunos hay todavía -no al presidente de la República, pero sí a diputados, a gobernadores. Si algo ha habido aquí son mecanismos para el diálogo, para el debate, como en ninguna otra época. El diálogo será bienvenido siempre y cuando, y con ese entendido, de que se asuma que es un diálogo, que hay intereses compartidos, que hay diferencias que respetar, y sobre todo que hay un gobierno legítimo que decide, que oye, oye y oye, pero que es el que toma la decisión, y ese gobierno lo dirijo yo.

-¿Se puede seguir gobernando así?

-Yo no puedo asegurar -a pesar de que tengo bastante información- que algunos sectores no estén intentando montar otra emboscada. Nosotros sí estamos haciendo todo lo que en el marco de la Constitución debemos hacer para impedirlo, sin embargo, de manera general, yo siento que se han venido dando eventos, circunstancias, que han concretado un escenario en el cual los sectores que han perturbado la marcha del país, y el proyecto de transformación político-económico, han venido mermando, perdiendo capacidad de emboscar. Yo sí asumo que este año la mayor parte de las fuerzas de oposición -que concentra a esos sectores de conspiradores-, está reflexionando, y está asumiendo una responsabilidad constitucional. Ojalá tuvieran un liderazgo. Yo quisiera a un líder de oposición al que yo pudiera llamar y sentarnos a hablar, a tomarnos un café, un jugo de guayaba, o a comernos una arepa.

-¿Y con Mendoza, Salas o Borges?

-Esos son unos farsantes. Yo hablo de un líder: honesto, serio, que no esté defendiendo intereses particulares, partidistas, que no busque intereses económicos, que crea de verdad en la democracia, y que sea reconocido de verdad por sus seguidores. Yo sé cuando uno está hablando con un líder. En Santo Domingo yo una vez tuve la ocasión de visitar, un mismo día, a dos personajes -independientemente de la valoración política: Joaquín Balaguer y Juan Bosch. Esos fueron dos líderes. Cuando ellos peleaban, temblaba la Isla. Cuando conversaban, estaba todo tranquilo. No hay ninguna garantía de que yo hable con un solo dirigente -porque líderes no veo-, de la oposición fragmentada, dividida, y que lo que hablemos -bien sea en forma bilateral, a dos, o cada uno con su equipo, con su estado mayor-, honesta y lealmente eso se vaya a cumplir. No tengo ninguna garantía, porque no hay un solo líder allí. Ojalá lo hubiera, que nazca de las nuevas generaciones, pero incluso con esos dirigentes, aun con todo lo que yo pueda cuestionarlos, nosotros -y hablo ahora como colectivo- estamos dispuestos a seguir dialogando, y ahí está la Asamblea Nacional, los ministros, gobernadores, los partidos políticos, el Comando Ayacucho. Todos esos son espacios para el diálogo.

-¿Y no esos dirigentes no dan esa garantía?

-Yo no soy ningún ser prepotente que se siente más allá del bien y del mal. Incluso una noche me fui a una casa por allá a conversar con Teodoro Petkoff, estaba Baltasar Porras, que es también un dirigente de oposición. Además estaba Eduardo Fernández, y a mí me dio la muy firme impresión esa noche -nunca en mi vida había yo hablado con el otrora "Tigre", de que, por primera vez, estaba dialogando con un verdadero político de oposición, un hombre con una concepción política, democrática. Le dije incluso que porqué no salía con ese discurso en la televisión, y recuerdo que me dijo ¡No me lo permiten, no me dejan, no tengo espacio! Pero a la televisión van los talibanes. Este discurso no tiene cabida. Con alguna sabiduría me dijo: habrá que esperar mejores tiempos. Bueno, creo que es tiempo de que se imponga el discurso realmente político, y no que los dueños de los medios, o los animadores de un programa de televisión, o la jerarquía católica, o falsos empresarios, estén dirigiendo una acción política que es apolítica. Es la defensa grosera de sus intereses. Ahora, yo sí estoy dispuesto si hay señales claras -porque uno se va, por supuesto, acoplando a la circunstancia, digo que en este instante no veo ninguna clara señal de algún dirigente. Una vez Arias Cárdenas me dijo incluso que él estaría dispuesto a volver al Zulia sólo si yo lo apoyaba. Eso fue hace poco. Le dije que no me parecía, después de todo lo que ha pasado, quién lo iba a entender, sin embargo, le dije ¡vamos a evaluar! Me dijo que él prefería, si yo no lo apoyaba para volver al Zulia -no me dijo pero me imagino que a la gobernación, retirarse más bien. Ahora lo veo de nuevo en la oposición, y eso es bueno que esté ahí, pero estas cosas le quitan credibilidad. Recibí a Carlos Fernández en Palacio, con Albis Muñoz y toda su gente. Me dijeron que ellos no sabían nada del golpe. Les dije que yo se que sí sabían pero no me importa. En La Casona recibí a Cisneros, y al otro, y al otro, y les dije ustedes sabían del golpe. No, no sabíamos. Sí sabían, pero no importa. Vamos a hablar. Fui a la Conferencia Episcopal a pedir la bendición, y le dije a Monseñor yo sé que usted sabía. Es más yo sé que se reunieron en su casa -que en paz descanse Velasco-. No diga usted que no, pero no importa. He hablado con casi todos, pero no, ellos han querido guerra. Ojalá que quieran diálogo, pero de verdad. Nosotros no queremos la guerra, aunque estamos preparados.

-¿Cree que hay resistencia o temor al diálogo en la oposición?

-Después del golpe, Arias Cárdenas fue el único dirigente político que tuvo el coraje de ir al Palacio, y cuando salió estaba crucificado por los medios. Es una evidencia de la irracionalidad, de la falta de cultura política de esos sectores, una evidencia del chantaje mediático, del fascismo. Ahora, esa corriente fascista, chantajista, mediática, ha venido quedando al margen. Yo creo que es el momento. Yo invito a los dirigentes de oposición serios, que estén pensando, a Eduardo Fernández, a Claudio Fermín a que asuman con coraje, que no se dejen chantajear por nadie, que salgan a dirigir sus partidos, sus grupos, y a dar la batalla, y como en el juego democrático, aceptemos los resultados. Yo le haría ese llamado a esa dirigencia, a las juventudes de esos partidos, a que no se dejen envenenar, que no se dejen conducir por los caminos del desespero, que yo creo que bastantes golpes se han llevado. Yo creo que están bastante disminuidos, mucho más que hace un año. Yo creo que Claudio es un tipo serio. En una ocasión, me mandó una Constitución para que se la firmara. Se la firmé y le envié un saludo

-¿Cómo vislumbra el 2004 en lo político? ¿Un año agitado, llevadero, de ruptura?

-Pudiéramos decir que para nosotros el año 2004 va ser un año que va a tener una doble dimensión: por una parte consolidación de espacios logrados, en los cuales el proceso político-transformador ha venido avanzando; y de expansión, una gran fuerza expansiva que ya se inició este año, a favor de este proyecto, en lo político, en lo económico, en lo social, en lo territorial, incluso en lo internacional hay vientos a favor de nuestro proyecto. A la expansión yo le pondría acelerada, y nos encargaremos nosotros como actor, sobre todo, los que tomamos decisiones, de que en esa dirección vaya.

-¿Y el panorama electoral?

-Lo veo con mucha claridad. Nosotros vamos a darle una gran lección política -otra más- a esta oposición. Nosotros tenemos por delante hechos políticos muy importantes este año. Estamos en año electoral, y el CNE está fijando la fecha de las elecciones de gobernadores y alcaldes que está en la Constitución. Vamos a consolidar y a expandir este proyecto. Vamos a ganar la mayoría de las gobernaciones y vamos a recuperar gobernaciones que son estratégicas, igual que alcaldías. Estoy completamente seguro deque vamos a fortalecer nuestra fuerza en la Asamblea Nacional con los referendos revocatorios que van a haber. No sé si habrá referendo presidencial, pero si lo hubiere le vamos a dar nocaut. Mejor es que se rindan. Si yo fuera la oposición, más bien aceptaría la verdad. Hay que esperar que el CNE revise, y nos dé las copias selladas de todas las actas, porque yo personalmente las voy a revisar, tengo ya un equipo listo -porque yo soy el afectado y tengo que saber quienes firmaron contra mí de verdad, pero grandísimo de técnicos, dactiloscópicos, que va a revisar todo eso. Por cierto que las televisoras privadas no transmitieron un solo caso de fraude. Ese es un ejemplo de la deshonestidad, la degradación, de los medios de comunicación privados, sobre todo, los más grandes. No transmitieron un solo caso ni una sola denuncia. Supongamos que hubiera sido la oposición que hubiera salido u a denunciar que el hermano de Chávez en Barinas firmó tres veces, o que Lina Ron firmó cuatro veces -que nunca lo haría Lina Ron ni mi hermano tampoco. Pero ellos fracasaron, cayeron en un desespero. Si hubiera ahí un líder verdadero, ¡Qué señal tan positiva sería para el país que un solo personaje de oposición saliera, que tuviera alguna responsabilidad de dirigencia, a decir: ¡fracasamos! Esa sería una tan poderosísima señal de honestidad, que yo sería capaz de llamarlo inmediatamente para que hablemos, en vez de estar presionando al CNE, buscando auxilio internacional, y utilizando los medios. Ellos saben que no pudieron.

-¿Entonces no aceptaría que el CNE convoque ese revocatorio?

-Yo no puedo decirlo todavía porque hay un árbitro. No puedo yo adelantar opinión, pero yo diría que el revocatorio presidencial está en el terreno de una posibilidad, y el árbitro decidirá. Ahora si lo hubiere: nocaut. Yo no voy a decir que lo acepto o no porque no se trata de eso. Si por alguna razón hubiera referendo revocatorio presidencial, yo creo que se van a arrepentir más bien, y con el agravante de que el golpe demoledor que les daríamos en ese caso, en ese referendo, tendría un impacto poderosísimo para las elecciones que vendrían casi inmediatamente, lo cual incrementaría nuestro poder y nuestra fuerza moral.

-¿El Gobierno va impugnar la decisión del CNE concluida la verificación de datos?

-Depende de la decisión del árbitro, porque las fuerzas que me apoyan, el Comando Ayacucho, han estado recabando evidencias muy contundentes. Tengo alguna información que dice que hay un número importante de planillas que no aparecen en las actas de cierre, que se las llevaron ellos en blanco, y ahora las introdujeron. Indudablemente que todas esas planillas, según el reglamento, deben ser declaradas nulas. Ahora, si el CNE, en el supuesto, toma una decisión obviando todos estos elementos, seguramente, los millones de personas que apoyan esta revolución tienen derecho constitucional a impugnar la decisión, como cualquier decisión de un árbitro, ponerla bajo protesta, un reclamo. Yo estoy seguro que hay gente nuestra preparando ese escenario de impugnaciones. Yo creo que la oposición también pudiera hacerlo en torno a las firmas nuestras para referendos revocatorios contra sus diputados. Esa es una posibilidad que dependerá de la decisión que tome el árbitro y de cómo la tome.

(C) alfredosabat.com

-¿Y qué pasaría con los presuntos delitos?

-Eso no depende directamente de mí. Yo siempre recuerdo el dicho popular de que la justicia tarda pero llega. Yo creo que aquí poco a poco se irá restituyendo la capacidad del Estado para imponer la justicia, y se irán acabando estas violaciones flagrantes a la Constitución y a las leyes. Las televisoras se negaron a transmitir las pocas cuñas que había preparado el Comando Ayacucho, buscando excusas. Eso está sujeto a una acción penal, y yo creo que anda por ahí el proceso. Lo que pasa es que eso lleva un ritmo, y a veces viene callado por debajo. Yo sí estoy seguro que habrá una ofensiva jurídica en ese caso, independientemente de la decisión del árbitro.

-¿Qué pasa si se convoca el revocatorio y tiene que irse?

-En ese supuesto, si yo pierdo un referendo convocado por el CNE, me voy. Los venezolanos bien informados, incluso adversarios, saben que yo no soy ningún tirano ni tengo ese espíritu. Todo lo contrario, he sido sumamente flexible, pero ya estoy dispuesto a tomar decisiones cuando tenga que tomarlas -ojalá que no sea así, mucho más drásticas. Ahora, en ese supuesto yo me voy, me voy pero no me voy. Nada impide, el Tribunal Supremo de Justicia aún no ha anunciado ninguna decisión al respecto, pero está en la Constitución, que yo, si así lo deseo, o me lo piden mis seguidores que estoy seguro que me lo pedirían -no habría otro candidato en este momento de las fuerzas revolucionarias-, más adelante lo habrá, pero en este momento, mi liderazgo en este movimiento popular es indiscutible, y por lo tanto yo pudiera lanzarme de candidato a las elecciones que convocaría el mismo CNE un mes después. Yo tengo mis derechos políticos intactos. No hay ningún artículo que diga, contrariamente a los diputados que sean revocados que esos sí es verdad que están sancionados por la Constitución, en el caso mío se preservó, y el constituyente lo hizo a conciencia, porque se trata del presidente de la República, que si es revocado y hay unas nuevas elecciones, pudiera participar. Yo no sé porqué la oposición se preocupa por eso. Si ellos dicen que yo estoy en un nivel muy bajo en las encuestas y que me ganan, bueno que lo demuestren, si es que ese escenario ocurriera. Así que Chávez no se va a ir, porque las fuerzas que siguen a Chávez están intactas, y yo estoy seguro que, en ese escenario muy difícil de que ocurra, pero es una posibilidad de que haya un referendo revocatorio contra mí, esas fuerza populares se levantarían aún con mayor efervescencia. Están a la espera.

-¿Predice un levantamiento para reponerlo en el poder?

-De nuevo, por la vía electoral. Igual por la vía electoral. Les ganaríamos en ese caso, pero bueno estamos hablando de un supuesto escenario, que yo lo veo muy difícil, porque tengo la convicción de que esa gente no recogió las firmas, pero, repito, respetaremos lo que el señor árbitro decida. Ahora, el árbitro tiene que cuidarse mucho, porque si el árbitro pierde el respeto de los jugadores, y sobre todo del público, el juego a lo mejor no puede terminar. Yo confío en el buen juicio del árbitro, porque si hay pruebas contundentes, visibles, que vamos a revisar con las copias, ahí estará la verdad. Ojalá que el árbitro tome la decisión ajustada a la realidad. Yo como oposición me olvidaría del referendo imposible -para mí imposible porque aun cuando ocurriera no lo van a ganar-. Si este pueblo no creyera en este gobierno no hubiese acudido a las convocatorias de las misiones. Hemos demostrado capacidad de gobierno a pesar de las dificultades. Yo siendo oposición me olvidaría de lo imposible, y me pondría a trabajar buscando las candidaturas a las gobernaciones y alcaldías. Ellos lamentablemente quieren ocupar un frente imposible olvidándose del frente real y concreto que son estas elecciones. Pero ellos verán que hacen. Yo no voy a hacerles el trabajo.

-¿No cree en la premisa de que si cae Chávez se desmorona todo este proyecto?

-Yo creo que nunca eso fue cierto. Yo nunca creí en aquello del caudillo, el mesías, ideas que salieron precisamente de la oposición, o de algunos sectores supuestamente nuestros, que empezaron a manejar esa tesis un poco para echar sobre mi liderazgo una mancha. Hoy más que nunca eso es falso. Pero si es que a mí no me capturaron en abril, yo me entregué. Yo decidí irme para Fuerte Tiuna, y yo decidí eso por muchas razones, una de ellas fue que yo quería probar. Yo conozco, desde hace bastante años, a los generales que estaban dirigiendo el golpe, y yo, entre otras cosas, me dije a mí mismo, en un rato de soledad que tuve aquella madrugada, que yo iba a probar a ver si es verdad que esos generales tenían más liderazgo que yo, ahí donde nacimos -ellos y yo- como solados. Se demostró que nunca tuvieron liderazgo ni fuerza interna. Hay un liderazgo ya que se ha venido extendiendo en diversos niveles, hay una fuerza popular, hay unos partidos muy fuertes, hay unas instituciones, triste de un proceso revolucionario o político que dependa de un hombre, y en este caso es completamente falso. Ellos pensaron que eso era así, y pensaron que sacando a Chávez de Miraflores y aislándolo, estaba listo el problema y se les vino encima el mundo.

-¿La FAN, que vio la recolección de firmas para el revocatorio presidencial, tiene una palabra sobre ese fraude que denuncia?

-No es que no tengan una palabra, lo que pasa es que la Fuerza Armada no puede estar asumiendo públicamente ninguna postura. Yo tengo muchos informes de militares, y hemos estado recogiendo informaciones de lo que vieron -no pudieron evitarlo-, porque la función de ellos tampoco era evitarlo o no. A mí mismo me llamaron varios militares, desde varios puntos, esos días, diciéndome que estaban viendo un desastre ¡Y los testigos de su partido, los observadores del CNE! Y les decía ¡Qué voy a hacer yo! ¡Déjame llamar a la Comando Ayacucho! Ahora, la Fuerza Armada, sus cuadros, los soldados, están concientes muchos de ellos, otros no se dieron cuenta, porque el militar no está sentado allí en un punto de recolección, no le corresponde, está a 20 metros. En muchos sitios solamente había soldados, pero ni siquiera un oficial profesional a veces se da cuenta.

-¿Y si no hay revocatorio cómo queda la solución aquella del Acuerdo del 29 de mayo?

-La solución política de Venezuela no es el referendo revocatorio, y menos, como ellos pretenden instalarlo, a chantaje. La solución política de Venezuela no es superficial, no es de un día, de un año, ni de un momento. Cuando aquí se habló, e incluso mis representantes en la Mesa lo firmaron, dentro de aquel espíritu de conversar y buscar acuerdos, y se acuñó aquella expresión, ya repetida mil veces, una solución pacífica, constitucional, democrática y electoral, yo le decía a Jimmy Carter, en una ocasión, que nosotros los venezolanos logramos, y no por chantaje ni por presión a un país de terrorismo, darle a la crisis histórica profunda que se desató hace muchos años, y sobre todo a partir del 27 de febrero de 1989, y luego se acrecentó el 4 de febrero y el 27 de noviembre, que es esta que está en marcha, no es una salida de un día, esa salida ya tiene un camino andado de 5 años. El referendo revocatorio es parte de la salida. Eso está en la Constitución. Eso no lo inventó la oposición. La oposición viene cambiando su discurso. Ellos se negaban al referendo revocatorio, y decían que el país no esperaba tanto tiempo. Pasó la mitad del período, pasó el año 2003, estamos ya comenzando el 2004. No se sabe aún si habrá referendo. Una cosa muy positiva es que por lo menos el Estado se impuso, la ley se impuso, y ellos tendrán que acepar los plazos, sin desespero, y no podrán imponerle al país una agenda de desespero. Aquí vamos cumpliendo, con altos y bajos, vientos y mareas, avances y retrocesos, pero aquí vamos, y este es un camino pacífico, democrático, constitucional, y electoral, y tan electoral es que estamos preparándonos para elecciones otra vez de gobernadores y alcaldes, y aquí ha habido elecciones hasta del gato.



-¿No considera imprescindible agotar la vía del revocatorio?

-Qué imprescindible va a ser. Aquí no hay nada imprescindible. Es sólo una posibilidad. Lo que sí es imprescindible son las elecciones de gobernadores y alcaldes, lo que sí es imprescindible son las elecciones de la Asamblea Nacional el próximo año, y el 2006 elecciones de presidente, desde el punto de vista político.

-¿No teme a que se desate la violencia por cierre de la vía electoral?

-No le temo. Ya hemos pasado por todo eso, y hemos aprendido. Si ellos volvieran a insistir por el camino de la violencia, pudiera ser su final, físico o político, porque si van a tratar de levantar unidades militares, yo he dado instrucciones a los militares: recíbanlos los a plomo, pues. Yo cuando salí a alzarme me recibieron a plomo, y después fui a prisión. No salí corriendo a escudarme detrás de una falda, o detrás de una televisora, o detrás de un grupo de personas en una plaza. Yo espero que a nadie se le ocurra esa locura de nuevo, porque no tiene ninguna posibilidad de éxito. Así que lo que a ellos les queda, como han intentado, es el referendo, difícilmente lo lograrán, y si lo lograran los vamos a derrotar, y al que no le guste que se rasque. Si caemos de nuevo en la situación de empresarios que cierran sus empresas, yo tengo el decreto listo para tomarlas. Sería hasta mejor, se las entrego a los trabajadores. Ojalá que no lo hagan porque se las quito. Si algunas plantas televisoras volvieran a azuzar a la gente a una rebelión, se las quito también. Tengo el decreto listo. Mejor para mí si lo hicieran, porque estarían ocupadas militarmente, a riesgo de lo que fuese. Daría una orden, inmediatamente, ¡Tómenla por asalto! Y los que estén adentro verán, si tienen armas defiéndanse, pero vamos con las armas, porque un país se defiende así. Yo no puedo caer de nuevo en la situación de debilidad aquella en la que caí, y llevé al país al borde de un desastre, porque si a mí me hubieran matado, aquí se prende una guerra. Se puede decir que debilidad aun cuando a mí me han creado ese perfil del hombre fuerte, del caudillo, del dictador, del tirano. Hemos demostrado una gran fortaleza para resistir, y pasar a una defensiva casi imposible. Yo lo que he hecho es mantenerme dentro de la Constitución, y dar una demostración de tolerancia infinita, pero no estoy dispuesto a seguirla dando. Insisto en que si aquí se repite una situación de canales de televisión transmitiendo llamados de militares o incitando, a través de sus programas de opinión o de sus artistas o sus shows, al desconocimiento del gobierno, de las instituciones, se cumple la ley, se les quita la concesión y se da a otros venezolanos, y se acabó. Igual con empresarios que cierren las empresas con un candado, y le digan a los trabajadores que no vayan, se toma la empresa. Estamos amparados por la Constitución. Se hace una ley de emergencia. Así que estoy dispuesto. Ojalá que a nadie se le ocurra. Yo no quiero que lo hagan, pero si lo hicieren estamos dispuestos ya con los planes operativos listos y los basamentos jurídicos para intervenir empresas, medios de comunicación y lo que sea, en la única situación de que se salgan de la Constitución. He dado unas demostraciones de máxima tolerancia, pero ya no las voy a dar más. Estoy preparado psicológicamente inclusive, porque se trata de procesos de maduración del ser humano.

-¿Llegaría a asumir poderes extraordinarios?

-Las situaciones excepcionales están contempladas en la Constitución. Poderes extraordinarios hasta donde la Constitución me lo permita, pero en ningún momento estoy yo preparado -porque nunca lo haría- para asumir un gobierno como el de Carmona y eliminar la Asamblea Nacional, los poderes. Se trata de tomar decisiones respetando todo el entramado constitucional. Pero yo tengo mucha fe, y estoy elaborando ideas en torno a escenarios que yo quiero pensar que son imposibles, porque yo sí quiero creer que los dueños de los medios seguirán siendo de oposición, pero que no se van a atrever de nuevo. Yo no los considero mis enemigos a muerte, ni tengo planes para desmoronar sus empresas, que sigan haciendo dinero porque la Constitución se los permite, pero que se salgan del camino político-conspirativo. Yo quiero creer más bien, y tengo razones para pensarlo, que este año, estos sectores no van a volver por esa vía. Yo quiero creer que si el CNE decide que no hay referendo, porque ellos no recogieron las firmas, van a asumir esto democráticamente, van a respetar al árbitro, y que se preparen para las batallas inevitables que tienen por delante, y que algunas están encima, y que cada quien siga trabajando por el país, defendiendo sus ideas, pero en el marco de la Constitución.

-¿A veces pareciera que tiene miedo a medirse?

-No, qué miedo voy a tener yo a medirme con quién. Con nadie. Cualquier medición que venga nosotros los vamos a derrotar. El asunto este de la recolección de firmas es una superencuesta. Mientras la oposición, con todo eso que ellos hicieron, en cuatro días, no lograron recoger ni siquiera la cantidad de firmas -sin haber verificado ninguna de ellas-, equivalente a los votos que sacaron en el 2000, las fuerzas que me apoyan, a pesar de que no estaba el nombre de Chávez en juego a la hora de recoger firmas contra los diputados de la oposición -el nombre mío no aparecía por ningún lado-, sin embargo, ahí hay unos números incuestionables. En todas las encuestas que se han hecho -hace poco vi una de consultores 21 que no es para nada del gobierno-, arrojan un resultado de una abstención no menor de 40%. Ese es un histórico. Si se inyecta esa variable a nuestra recolección de firmas resulta que el promedio nacional está por encima del 50%, a pesar de que no eran unas firmas para Chávez, sino para revocar a diputados de la oposición, Nosotros recogimos firmas solo del 80% del universo electoral. En fin, hay bastantes evidencias para decir que yo no tengo ningún temor a medirme, sólo que a medirme no bajo presión, ni bajo chantaje, ni con trampa, sino cuando corresponda según la sagrada Constitución.

(C) EL UNIVERSAL 2003

EEUU-CAMPAñA-SOROS

MULTIMILLONARIO SOROS DICE QUE BUSH NO DEBE SER REELECTO

WASHINGTON, ene 12 (Reuters) El multimillonario financista George Soros, quien planea gastar millones de dólares para tratar de impedir que George W. Bush sea reelecto en noviembre, dijo el lunes que el presidente estadounidense está persiguiendo un deseo indeseable de supremacía norteamericana.

El también filántropo vinculó la política internacional de la administración Bush a la obra Animal Farm (Rebelión en la Granja) de George Orwell, en la que los animales de una granja son iguales, pero los poderosos cerdos asumen el control y cambian las normas para justificar su comportamiento.

Soros dijo que Bush îîusó la guerra contra el terror como pretexto para perseguir un sueño de supremacía estadounidense que no es alcanzable no deseable.

"Yo considera crucial que las políticas de la administración Bush sean rechazadas en las próximas elecciones'', dijo Soros en un discurso para promover su nuevo libro en la Fundación Carnegie para la Paz Internacional.



Soros, cuyo Soros Fund Management, con 11.500 millones de dólares es uno de los mayores fondos del mundo, ha prometido 12,5 millones de dólares para derrotar a la campaña de Bush.

El presidente ha recolectado más de 130 millones de dólares en fondos de campaña con la meta de llegar a 170 millones.

Sin embargo, aún con una gran ventaja en la recolección de fondos sobre los candidatos demócratas y el espaldarazo de la guerra, la campaña de Bush dice que podría ser superada en gastos porque Soros y otros gastarán hasta 400 millones de dólares en anuncios.

Soros dijo que la invasión de Irak era un ejemplo de la "doctrina Bush'', a la que acusó de acciones militares preventivas y falta de tolerancia para los militares rivales, sugiriendo dos niveles de soberanía nacional en la que Estados Unidos está "exento'' de contención por la ley internacional.

"Esto es recordatorio del famoso libro de George Orwell Rebelión en la Granja, en el cual todos los animales son iguales pero algunos animales son más iguales que los otros'', dijo Soros, un estadounidense nacido en Hungría.

"Si reelegimos a Bush en el 2004 refrendaremos la doctrina Bush y deberemos vivir con las consecuencias'', agregó.

REUTERS 19:04 01-12-04

terça-feira, janeiro 06, 2004

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Miren esto, como diría el imbécil: Ahora resulta que el Departamento del Trabajo le está aconsejando a los patronos de como no pagarle el tiempo extra a los trabajadores. Si esto no es neoliberalismo, ¿me pueden decir que es? ¿O será que Estados Unidos se ha vuelto comunista?

Lo único que esto traerá como consecuencia es el aumento de los gastos públicos por programas sociales y por ende un aumento de impuestos, pobreza, etc. y tal …

Al final podran ver el cantifleo de la Casa Blanca al respecto.




Labor Dept. offers ways not to pay overtime

While touting the benefits of new overtime rules for poor workers, the Labor Department offers pointers on how to avoid paying the extra wages.

BY LEIGH STROPE
Associated Press

WASHINGTON - Jan 6/2004 (AP) - The Labor Department is giving employers tips on how to avoid paying overtime to some of the 1.3 million low-income workers who would become eligible under new rules expected to be finalized early this year.

The department's advice comes even as it touts the $895 million in increased wages that it says those workers would be guaranteed from the reforms.

Among the options for employers: cut workers' hourly wages and add the overtime to equal the original salary, or raise salaries to the new $22,100 annual threshold, making them ineligible.

The department says it is merely listing well-known choices available to employers, even under current law.

''We're not saying anybody should do any of this,'' said Labor Department spokesman Ed Frank.

New overtime regulations were proposed in March after employers complained that they were being saddled with costly lawsuits filed by workers who claimed they were unfairly being denied overtime. But the regulations themselves have stirred controversy over how many workers would be stripped of their right to overtime pay.

The issue is being seized on by Democrats in their attempt to win back Congress and the White House.

A final rule, revising the 1938 Fair Labor Standards Act, is expected to be issued in March. The act defines the types of jobs that qualify workers for time-and-a-half if they work more than 40 hours a week.

Overtime pay for the 1.3 million low-income workers has been a selling tool for the Bush administration in trying to ease concerns in Congress about millions of higher-paid workers becoming ineligible.

But the Labor Department, in a summary of its plan published in March, suggests how employers can avoid paying overtime to those newly eligible low-income workers.

''Most employers affected by the proposed rule would be expected to choose the most cost-effective compensation adjustment method,'' the department said. For some companies, the financial impact could be ``near zero.''

Employers' options include:

• Adhering to a 40-hour workweek.

• Raising workers' salaries to a new $22,100 annual threshold, making them ineligible for overtime pay.

If employers raise a worker's salary ''it means they're getting a raise -- that's not a way around overtime,'' Frank said. The current threshold is $8,060 per year.

• Making a ''payroll adjustment'' that results ''in virtually no, or only a minimal increase in labor costs,'' the department said. Workers' annual pay would be converted to an hourly rate and cut, with overtime added in to equal the former salary.

Essentially, employees would be working more hours for the same pay.

The department does not view the ''payroll adjustment'' option as a pay cut. Rather, it allows the employer to ''maintain the pay at the current level'' with the new overtime requirements, said the Labor Department's Wage and Hour Division administrator, Tammy McCutchen.

Labor unions criticized the employer options.

Mark Wilson, a lawyer for the Communications Workers of America who specializes in overtime issues, said the Bush administration was protecting the interests of employers at the expense of workers.

''This plan speaks volumes about the real motives of this so-called family-friendly administration,'' Wilson said.

He says cutting workers' pay to avoid overtime is illegal, on the basis of a 1945 Supreme Court ruling and a 1986 memo by the Labor Department under President Reagan.

But McCutchen disagreed. If changes were made week to week to avoid overtime, they would be illegal. A one-time change is not, she said.

''We had a lot of lawyers look at this rule. We would not have put that in there if we thought it was illegal,'' she said.

''Unless you have a contract, there is no legal rule . . . prohibiting an employer from either raising your salary or cutting your salary,'' she said. ``We do not anticipate employers will cut people's pay.''

The final plan does not require approval from Congress.

That hasn't stopped Democrats and some Republicans from trying to block the rule, so far unsuccessfully, out of fear that millions of workers would become ineligible for overtime.

© AP 2004



… Y aquí tenemos el cantifleo de la Casa Blanca. Lo que dijo este Mediodía Scott McClellan, portavoz de George W. Bush.


Q Scott, the Labor Department is apparently offering advice on how to cut costs of low income -- newly eligible low income workers into the work force, and that includes overtime pay. Some are saying that as clearly -- just abusing these low income workers and taking their overtime pay. What does the White House –

MR. McCLELLAN: One, I think you're talking about an economic analysis that's required under the rulemaking process, what you're specifically referring to there. And, remember, this is a proposed rule -- the proposed rule by the Department of Labor would restore overtime protections that have eroded over five decades to millions of white-collar workers who deserve overtime protection today and are not protected by the current rules. And this proposal would guarantee overtime to 1.3 million more low wage workers.
It would help simplify the rules and make them more relevant to our modern work force. It will enable the Department of Labor to be better equipped to enforce the law to protect more workers. It will enable the Department of Labor to make sure that workers better understand their rights under the law, and that employers understand their obligations and pay their employees properly.

Q So let me get this right. If you work beyond your required hours, it's okay for the employer to take away --

MR. McCLELLAN: Well, first of all, this is relating to white-collar workers. Let me be very clear on that. The proposed overtime –

Q -- white-collar or blue-collar –

MR. McCLELLAN: The proposed overtime rule does not impact hourly workers or blue-collar workers, and that would include police and firefighters, nor would it impact the status of nurses or first responders.

Q But, Scott, just because it's white-collar, it's still taking away overtime. It doesn't matter if it's white-collar, blue-collar –

MR. McCLELLAN: No, no, I just pointed out that these overtime protections would guarantee overtime to 1.3 million more low-wage workers. I think the specific question you asked about in the beginning was just an economic analysis that's required under the law to provide employers with options to comply with that law.

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sexta-feira, janeiro 02, 2004

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Britain: U.S. Planned '73 Arab Invasion

By BETH GARDINER

LONDON (AP) - British spy chiefs warned after the 1973 Arab-Israeli war that they believed the United States might invade Saudi Arabia, Kuwait and Abu Dhabi to seize their oil fields, according to records released Thursday.

A British intelligence committee report from December 1973 said America was so angry over Arab nations' earlier decision to cut oil production and impose an embargo on the United States that seizing oil-producing areas in the region was ``the possibility uppermost in American thinking.''

Details of the Joint Intelligence Committee report were released under rules requiring that some secret documents be made public after 30 years. The report suggested that then-President Nixon might risk such a drastic move if Arab-Israeli fighting reignited and the oil-producing nations imposed new restrictions.

The 1973 embargo and production cuts, used by oil-rich Arab nations as a means to pressure the United States and Western Europe, caused a major global energy crisis and sent oil prices skyrocketing.

The committee of intelligence service directors calculated that the United States could guarantee sufficient oil supplies for themselves and their allies by taking oil fields in Saudi Arabia, Kuwait and Abu Dhabi, with total reserves of more than 28 billion tons.

It warned however that the American occupation would need to last 10 years, as western nations developed alternative energy sources, and would lead to the ``total alienation'' of Arab states and many developing countries, as well as ``domestic dissension'' in the United States.

Other records released Thursday showed that Prime Minister Edward Heath was furious at Nixon over the American president's failure to tell him he was putting U.S. forces on a worldwide alert during the 1973 Arab-Israeli war.

Heath learned of the alert - considered a high point in Cold War tensions - from news reports while he waited in the House of Commons for Foreign Secretary Alec Douglas-Home to make a statement on the Middle East crisis.

Britain's intelligence listening post, Government Communications Headquarters, had learned of the alert but did not tell Heath's office or the Foreign Office because officials assumed Heath and Douglas-Home already knew about it, the papers showed.

Nixon said he put U.S. troops on high alert for just under a week, starting on Oct. 25, 1973, to show the Soviet Union that America would not allow it to send military forces to aid Arab states fighting Israel.

The alert covered U.S. forces stationed in Britain, and Heath wrote in a memo that he thought Nixon's move, which came in the midst of the Watergate scandal, had been deeply damaging.

``Personally I fail to see how any initiative, threatened or real, by the Soviet leadership required such a world wide nuclear alert,'' the prime minister wrote. ``We have to face the fact that the American action has done immense harm, I believe, both in this country and worldwide.''

01/01/04 10:52
© Copyright The Associated Press

quinta-feira, janeiro 01, 2004

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Elizabeth Burgos | Reacción desde Francia

“Chávez puede llegar a ser más perverso que Fidel”

Esta historiadora y antropóloga venezolana, radicada en Paris, augura el final de la larga complacencia de la izquierda europea con el dictador cubano. Celebra el surgimiento de Lula como la nueva referencia latinoamericana y descarta la influencia real del chavismo en el nuevo liderazgo del continente. Define a Chávez como "un engendro del Caribe, una cosa rara, barroca".

JAVIER PEREIRA
jpereira@el-nacional.com

Cosas importantes han ocurrido en Paris estos últimos días. La capital francesa fue el escenario de una de las protestas más significativas de los últimos años: la izquierda europea, sobre todo la francesa, rompió su pacto de tolerancia con el régimen de Fidel Castro y recordó el encarcelamiento de decenas de periodistas y escritores disidentes. En primera fila del Teatro del Rond-Point, en los Campos Elíseos, una venezolana acompañó al grupo de destacados líderes políticos e intelectuales (como Jorge Semprún, Pierre Arditi, Zoé Valdés, Jack Lang, Noël Mamère, Pedro Almodóvar y Catherine Deneuve) que bajo el slogan de "Cuba sí, Castro no" comenzaron a desmontar el mito de Fidel en Europa.

La venezolana Elizabeth Burgos da testimonio de un evento que pone fin a la luna de miel de Castro con la izquierda del viejo continente:

–Por primera vez la izquierda francesa hace un acto de repudio contra Castro, y al escuchar los discursos se nota que todavía les cuesta mucho. Fidel es un mito, un gran maestro de la propaganda.

¿Cómo se explica esa condescendencia de la izquierda europea con un dictador que lleva cuatro décadas en el poder?

–Por el discurso de Fidel Castro, como el que tiene Chávez ahora. Los que tratan de defender a Castro siempre argumentan que en Cuba le dan educación y salud al pueblo. En la izquierda europea hay una actitud de condescendencia con América Latina que se revela en una idea: la gente del tercer mundo debería estar contenta con un poco de medicinas y educación. Por eso es que hay cosas que los franceses nunca aceptarían aquí (en Paris) pero que lo ven normal allá.

¿Nos consideran países menores?

–Si. En Europa comparan a Zimbabwe con Honduras o Venezuela. Todos los países que ellos encierra en el cliché de “tercer mundo” son iguales, no conocen la especificidad de la historia: no importa equiparar a los países más subdesarrollados de África con Argentina y Brasil. Y todo eso se combina con el sentimiento de antiamericanismo que hay en Francia, que no es nuevo. Es una manera muy fácil y barata de pelear contra Estados Unidos: aquí nadie pensaría en declararles la guerra, pero les encanta cuando se las declaran en otro lado.

¿Y cuál fue el evento que desencadenó esta reacción?

–El apresamiento de los periodistas. En Cuba se logró crear un espacio de periodismo independiente y el régimen había mostrado una cierta tolerancia. Pero ese es un mecanismo que siempre ha usado Fidel Castro: él permite espacios de libertad y después los reprime, es una técnica que usa desde 1959. Lo que pasa es que la gente estudia muy poco la dinámica del régimen cubano y se preocupa muy poco en conocer su historia. Pero esta ultima ola de represión tocó a personajes conocidos, ya ellos no pueden hablar de “batisteros” (cómplices del régimen de Fulgencio Batista) para justificar sus acciones. Eso ha hecho que mucha gente abra los ojos.

También hubo una protesta el 24 de abril de este año, en la sede de la embajada cubana en Paris, que terminó violentamente. Eso pudo haber exacerbado los ánimos...

–Eso también influyó. Yo participé en esa manifestación y el embajador salió con sus esbirros y nos pegó con cabillas. Los franceses quedaron traumatizados con ese evento, decían “si esta gente era capaz de hacer eso en Paris, imagínense lo que hacen en La Habana”. Eso ayudó a la reacción.

¿Y cómo quedan personalidades como Adolfo Pérez Esquivel y Rigoberta Menchú, al mantenerse al lado de Castro?

–Ellos tienen esa posición por ignorancia, apoyando la premisa del desarrollo de la salud y la educación. No se molestan en saber como era La Habana antes de 1959, no conocen que el porcentaje de analfabetismo en Cuba era uno de los más bajos del continente, similar al de Argentina y Uruguay; no saben que Cuba tenía el mismo ingreso per capita de Venezuela, que es un país petrolero. Ellos no saben estas cosas, ni están interesados en saberlas.

Se mueve el centro de gravedad

Burgos sostiene que la red de poder castrista se basa, casi exclusivamente, en el Ejército y el Ministerio de Interior de Cuba, desde donde se desarrollan todos los mecanismos de control social contra la población. Sostiene que Lula ya desplazó a Fidel Castro como el referente de la izquierda latinoamericana.

–Lula abrió la brecha de la izquierda sensata y democrática en Latinoamérica. Se ha ganado el respeto de Bush y de Europa, su manera de hablar y de manejar las relaciones ha despertado simpatía. Comprende que es un jefe de un gran país, que tiene problemas muy graves que debe resolver; pero al mismo tiempo tiene una gran conciencia del equilibrio de las fuerzas en el planeta. Esa sensatez es la que debe impregnar algún día a toda la izquierda latinoamericana. Y eso parece no gustarle mucho a Fidel, porque le ha quitado el protagonismo.

Pero en los últimos días hubo un acercamiento importante entre Lula y Castro. Después de la Asamblea General de la ONU, Lula visitó la Habana y luego Fidel fue a Brasil...

–Lo que pasa es que la relación que Lula sostuvo con Castro antes de ser electo presidente de Brasil, no le permite asumir una postura radical de un día para otro. Ni tampoco creo que le convenga. Debe dejar una puerta abierta y mantener los canales de comunicación con el poder cubano.

¿Entonces ese acercamiento es más por conveniencia que por complicidad?

–Eso es algo que en América Latina nos cuesta entender: los países no sólo actúan por ideología, sino por intereses. Eso lo están empezando a comprender Chile, Argentina y Brasil. Además, Lula cuenta con una escuela de diplomacia de primera clase: Itamaratí, donde saben que los países primero tienen intereses y después amigos.

¿Cómo visualiza la estrategia de exportación de ideología que todavía desarrolla Castro sobre América Latina?

–En un primer momento Castro intentó penetrar a Latinoamérica con la guerrilla, pero eso no le resultó. Y después, como es una persona muy hábil, encontró otro medio para alcanzar su objetivo: la caridad. Las organizaciones no gubernamentales son los nuevos misioneros del mundo, los estados tienen cada vez menos relaciones bilaterales de desarrollo y concentran los recursos en grupos de este tipo. Yo diría que es la nueva forma de neocolonialismo, y Fidel usa esa estrategia imperialista, porque en el fondo el modelo de Castro es el modelo norteamericano. Él siempre tuvo esa rivalidad con Washington, pero adoptó su modelo y lo combinó con elementos del leninismo, como el aparato del partido único y del líder único. Castro ha intentado imponer al resto de Latinoamérica el trauma cubano de la guerra de 1898, cuando Cuba obtuvo su independencia gracias a la intervención militar de Estados Unidos.

Según su punto de vista ¿Cuál es el elemento ideológico más peligroso que ha logrado filtrar Castro en Latinoamérica?

–Sin duda que los más perjudicial es el modelo del estado pretoriano, el estado en manos del Ejercito. Los militares latinoamericanos, en general, consideran que tienen una misión salvadora y que son los únicos que pueden hacerse cargo del estado. Por eso el modelo cubano es perfecto para ellos. La poca economía que hay en Cuba está en manos de los militares; el Ministerio de Interior y el Ejército son el verdadero estado en Cuba, las otras instancias son figurantes. Cuando se muera Fidel hay que tomar en cuenta eso.

¿Cómo visualiza a Cuba después de Fidel Castro?

–No sé si Raúl Castro será el nuevo hombre fuerte, porque parece que él está más enfermo que el hermano; pero en todo caso surgirá de los militares y del Ministerio de Interior, que son los que mantienen un control férreo de la población. Por eso es que me parece difícil que cuando muera Castro cambie de inmediato la situación, porque la gente tiene el miedo sembrado. Precisamente, a estos periodistas independientes los apresan porque perdieron el miedo contra el régimen, y eso es inaceptable para Castro.

¿Percibe a Néstor Kirchner también como un exponente de esa sensatez que expresa Lula?

–Kirchner no es un líder de la misma naturaleza de Lula. Los brasileños son mucho más sensatos que los argentinos. Además, Lula es un sindicalista que, por definición, sabe negociar. Es un hombre que se ha forjado a si mismo. Eso le ha dado una gran sabiduría. Argentina siempre ha sido un país menos sereno, aunque parece que el equipo que está en el poder con Kirchner se inclina menos a la sensualidad del poder y más a atender las responsabilidades. Ha mostrado una gran capacidad para negociar con el FMI y con Bush y eso hace pensar que va por buen camino.

Las decisiones contra los represores de las dictaduras militares también ha favorecido su imagen...

–Bueno, eso habría que analizarlo con mayor detenimiento. Obviamente se deben castigar a los violadores de derechos humanos, pero de todos los bandos. Por ejemplo, en el mismo caso de Argentina: un líder de izquierda que haya mandado a la muerte desde Paris a muchachos para desencadenar guerras allá, mientras ellos se quedaban aquí tranquilos, eso habría que analizarlo. Sanaría mucho la situación. No es que yo trate de equiparar las violaciones de los militares con las del otro sector, pero esas también existen y eso hay que saberlo.

Castrismo a la llanera

Al reflexionar sobre el caso venezolano, Burgos califica a la revolución chavista como una farsa del castrismo. Compara el discurso de Hugo Chávez con el populismo de Jean-Marie Le Pen y descarta cualquier influencia del primer mandatario venezolano en dirigentes importantes de la izquierda latinoamericana.

–Si se busca un ejemplo de irracionalidad y de desequilibrio mental, habría que nombrar el caso de Venezuela. Ese es un país que sólo necesitaba un equilibrio mínimo administrativo para que fuera viable; pero allí se ha desencadenado una locura colectiva, irracional, desequilibrada, sin noción de lo que es administración de un país moderno. Ahora allí hay un enfrentamiento entre un mundo rural y anacrónico, contra una población que ha llegado a la época más moderna. Y lo que está pasando en Venezuela desde el punto de vista institucional es muy interesante: esa guerra civil que se está dando allí, sin armas sino a punta de ideas desde el lado de la oposición, me parece ejemplar. Tratar de llegar a una solución sin un enfrentamiento armado es ejemplar. Uno se siente orgullosa de ser venezolana en estos días.

Usted comparó el discurso de Chávez con los planteamientos de Jean-Marie Le Pen ¿Qué pueden tener en común dos personajes identificados con dos puntos ideológicos radicalmente contradictorios?

–En Francia hay una situación, guardando las proporciones, muy similar a la de Venezuela. Hay una crisis muy fuerte de los partidos tradicionales. El Partido Socialista y los dirigentes de la izquierda están en plena crisis. Le Pen hablaba en favor al pueblo pequeño, contra las elites, con una demagogia peligrosísima con un antiamericanismo marcado; el mismo discurso de Chávez, que es en definitiva el discurso del fascismo. Y en Francia el problema sigue. Ahora hay dos factores que suben en las encuestas: la extrema izquierda por un lado, y la hija de Le Pen, Marie, por el otro.

Algunos analistas señalan que uno de los puntos débiles al argumentar que Chávez es un tirano, es la libertad con la que actúan los medios de comunicación ¿Por qué cree que Chávez no ha desarrollado mecanismos autoritarios más efectivos para consolidarse en el poder?

Simplemente porque no ha podido. Te lo explico con un ejemplo: cuando el Che Guevara entró a La Habana, antes de Fidel, comenzó a ordenar los fusilamientos contra los funcionarios y policías del gobierno de Fulgencio Batista. En ese momento pudieron justificar esa medida de fuerza porque había una dictadura. Después comenzó también la represión contra una guerrilla nacida de las mismas filas del ejército revolucionario, en 1959, que desató una guerra contra Fidel cuando pacto con los antiguos miembros del Partido Comunista para darles los puestos claves del poder. Esa fue quizás la guerrilla más intensa de Centroamérica, pero esa guerra fue silenciada por Castro para evitar la solidaridad de la comunidad internacional y para no manchar su imagen. Por otro lado, en Venezuela nunca hubo una situación de dictadura como esa para que Chávez justificara esa represión similar. Por eso es que no pudo desarrollar mecanismos para aterrorizar a los venezolanos y eso ha marcado su desempeño hasta ahora.

¿Cómo define entonces el modelo político que aplica Chávez en Venezuela?

Como decía Karl Marx, la historia cuando se repite lo hace en forma de farsa. Chávez es una farsa del castrismo, pero hay que estar claro en algo: Chávez puede llegar a ser más perverso que Fidel. Porque Fidel es un hombre culto, con nivel universitario y alguna formación intelectual; en cambio Chávez es un engendro del Caribe, una cosa rara, barroca. Fidel es él mismo, no tiene ningún modelo; pero Chávez quiere copiarlo, es una persona con graves problemas de personalidad.

¿Cuál es la verdadera influencia tiene Chávez en el liderazgo de la izquierda latinoamericana?

En general no veo ninguna, con la excepción de ciertos dirigentes como Evo Morales en Bolivia, quien está fascinado con Chávez porque le da status. De hecho, yo visité La Paz recientemente y allá se dice que Evo Morales tiene su oficina y despacha desde Caracas, porque en Bolivia corre peligro de muerte. Chávez despierta solidaridad en algunos estratos de la población, en los indígenas; pero no en la izquierda latinoamericana, que tiene cierto nivel intelectual y que, a pesar de haber cometido muchos errores, no se deja impresionar.

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¿Quién es?

El curriculum de Elizabeth Burgos explica la importancia de su análisis sobre el castrismo. Nacida en Caracas, en el seno de una familia de alcurnia, dejó la comodidades para unirse a los movimientos de izquierda en los años sesenta. En esos avatares conoció a su futuro esposo, el filosofo francés Régis Debray, autor del libro Revolución en la revolución (obra obligada de la insurrección en Latinoamérica) y quien llegó a Venezuela para entrevistar a Douglas Bravo.

Sus avatares por Latinoamérica la llevaron a Colombia, Ecuador, Perú (donde fue detenida, por sus supuestas vinculaciones con movimientos de izquierda) y Chile, donde trabajó de cerca con Salvador Allende. Participó en la famosa Conferencia Tricontinental de La Habana (1966) y recibió, junto a Debray, entrenamiento militar en Cuba. A los pocos años encabezó una campaña internacional que logró la liberación de su esposo, quien fue detenido y condenado en Bolivia a 30 años de cárcel después de –según la versión de Jhon Lee Anderson– delatar la ubicación del Che Guevara. Posteriormente dejó la agitada vida de revolucionaria y se radicó en Francia.

En 1982 lanzó a la fama a una joven indígena guatemalteca con un libro nacido de una entrevista: Me llamo Rigoberta Menchú: así despertó mi consciencia (Siglo XXI - 1982); obra que jugaría un papel fundamental en el Premio Nóbel de la Paz que ganó la centroamericana. Años después repitió el ejercicio con Daniel “Benigno” Alarcón Ramírez, compañero de Castro y el Che Guevara en la Sierra Maestra: Memorias de un soldado cubano (Tusquets – 1997). Hace poco su firma apareció junto a la de Isabel Allende y Costantin Costa-Gravas en un proclama exigiendo a las FARC la liberación de Ingrid Betancourt.


(C) EL NACIONAL 2003

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CASTRO, EL INFIEL

Elizabeth Burgos

Plutarco, en la introducción a la vida de Alejandro, establece una diferencia entre biografía y narración de vida. Admite que en sus Vidas paralelas en lugar de Historias optó por escribir Vidas, pues "no es en las acciones ilustres que se da a la luz la virtud o el vicio; un acto pequeño, una palabra, una bagatela, expresan mejor un carácter que los combates mortales, los enfrentamientos importantes o el sitio de ciudades". No es de extrañar que Serge Raffy se haya inspirado en la máxima del ilustre clásico, en su recién publicada biografía de Fidel Castro. Castro l'infidèle (Editorial Fayard, 2003) reconstruye el proceso de cómo se forja un autócrata. El autor se adentra en las facetas primigenias, en los orígenes que determinaron la infancia del hombre que rige los destinos de Cuba, y en gran medida, los de América latina desde hace más de cuatro decenios.

El autor no se apoya en las grandes gestas de la historiografía oficial, sino en la intimidad de los hechos, en el contexto que rodea las pequeñas facetas de una vida que según las circunstancias y el imaginario de quien las vive, oscilan luego entre miseria y grandeza. Comprender la personalidad transgresora de Fidel Castro, exige remontarse al origen de su nacimiento. Circunstancias en las que germinará el resentimiento que le llega de la mano de la humillación por las heridas que un niño sufre, cuando aún no alcanza a comprender los determinismos sociales. De allí se origina el aliciente que lo ha guiado en su propósito de resarcimiento de su origen bastardo. Desde entonces, toda su vida se ha orientado hacia una búsqueda sin tregua de compensación; proceso que propició en él una verdadera vocación: llegará a ser el escultor de su propia estatua: y el poder absoluto, la materia sobre la cual modelará las formas de su obra. Domador de su propia voluntad, la dirigirá exclusivamente a la realización de la idea única que lo habitó desde siempre: su realización personal en el horizonte del poder. La suerte del mundo lo tiene sin cuidado, los seres humanos son figurantes, necesarios como público, como carne de cañón, como palmas para al aplauso. El goce del poder por el poder: el poder únicamente para él, sin visión alguna de futuro, ni de la perennidad a través de otro. Todo comenzó con él y terminará con él: nadie le sucederá. Ese ha sido su único proyecto. Un caso único de modalidad de narcisismo.

Los autócratas siempre han legitimado su acción apoyándose en un proyecto, bien sea de conquista o de imposición de un credo. Si vamos a los casos más recientes: sin las instituciones fundadas por Napoleón, Francia no sería hoy lo que es, ni tampoco Europa; el proyecto de Hitler era el de imponer el poderío de la raza aria exterminando pertenencias étnicas; el de Stalin, forjar un imperio comunista para vencer el capitalismo; Franco, pese a haberle fallado en el modelo ideológico que se propuso para perennizarlo, fue gracias a su iniciativa de organizar su sucesión que se abrió la vía a la España de hoy; hasta Bin Laden, con su terrorismo, aboga por imponer un Califato Universal. La última justificación que les queda a los aún admiradores del caudillo caribeño, como proyecto que justifique la dictadura cubana, es el manido derecho a la salud y a la educación, que son logros vigentes en todos los países democráticos, alcanzados mediante la aplicación de normas administrativas, sin necesidad de recurrir a gestas heroicas ni a la "justicia revolucionaria". Y en cuanto a política internacional, la suya ha consistido en mantener un estado de guerra latente, sin que nunca se haya llegado a un desenlace que merezca el esfuerzo. De Fidel Castro quedará una manera de imponerse y la tan peculiar de ejercer el poder, pues si algún proyecto político tuvo, fue rebasado por su voluntarismo cegador, que vuelve incoherente todo lo que emprende. En lugar de competencia, lo suyo es el ejercicio de un poder de seducción inigualable, que ha despertado la fascinación del mundo.

En el empleo de la astucia en lugar de la inteligencia, ha radicado la clave de su éxito: elemento bastante pobre como para asegurarle la perennidad en la memoria de los siglos. Si hubiese optado por el teatro, tal vez se hubiese convertido en un verdadero monstruo sagrado. Desafortunadamente escogió por escenario el mundo, y a los cubanos, como súbditos de la sed desmedida de imponer su voluntad. Narrar la historia de una seducción requiere herramientas históricas que se confunden con la psicología y la ficción. Fue hurgando en lo que suele desechar la historia, que Serge Raffy encontró hechos claves que ayudan a explicar el fenómeno de una personalidad orientada hacia un propósito desmedido de legitimidad, dotándose de una capacidad excepcional para la creación de imágenes. En ese sentido, debemos reconocer que Castro inauguró la era del vasallaje de la política ante la imagen. Pero su fuerza radica en su capacidad de perform: él es carnal; nunca llegará a convertirse en mito. Cuando ya su presencia se haya esfumado, su imagen será simplemente eso: imagen, fotografías sin vida, de alguien que alguna vez vivió. Sueños de grandeza ¿Qué sueños de grandeza remotos arrastraba consigo, inscritos en una suerte de memoria anterior, aquel niño que para alcanzar la certidumbre de sí mismo necesitó realizarse, no como ser humano, sino como ser único, excepcional, convirtiendo su ansia de poder en su sustancia vital?

Todo comenzó en un ambiente similar al de la célebre novela radiofónica de Felix B. Caignet, El derecho de nacer. El nacimiento en un bohío de un niño bastardo, hijo de una de las criadas, engendrado por el patrón, no es nada excepcional en América latina; pero el niño vino predestinado y dotado del poder de doblegar voluntades, que puso al servicio de vengarse de las élites que lo excluían. Ángel Castro, español, gallego, quien según la costumbre, mediante pago reemplazó a un señorito y así hizo su servicio militar en la Isla durante la guerra de independencia, regresa a España llevando a cuestas la derrota del imperio español vencido por el norteamericano, que ya despuntaba como tal. Luego regresa a la Isla para hacer fortuna. Su ambición de salir de la pobreza lo lleva a ejercer toda clase de oficios. Gracias a un colón canario, Fidel Pino Santos, logra alquilarle parcelas a la United Fruit. Va adquiriendo tierras hasta llegar a convertirse en terrateniente y comienzan a llamarlo don Ángel. Se convierte en un patrón implacable y violento. Su amigo y cómplice, Fidel Pino Santos, le sugiere que ya es tiempo de que aprenda a leer y a escribir, y le presenta a la maestra María Luisa Argota, quien se encarga de la tarea. Como en las novelas, el analfabeto se casa con la maestra de la escuela americana a la que asistían los hijos de la alta sociedad de Banes; la pareja se instala en la propiedad que tiene Ángel Castro en Birán (No es difícil imaginar de dónde proviene la obsesión de alfabetizar de Fidel Castro). Dos hijos nacen de esa unión. Un día llega una mulata con una hija de la misma edad que su hija Lidia, Lina Ruz, de 14 años, y la emplea como criada. Al primer embarazo de Lina, la maestra cierra los ojos. Nace una niña, Ángela, que es llevada al bohío que ocupa la madre de Lina. Nace un segundo hijo, Ramón, que también va a acompañar a su hermana al bohío. El asunto debe permanecer en secreto, pero María Argota no acepta más la situación: abandona la casa de Birán perdida en las montañas y se instala en Santiago de Cuba con sus dos hijos. Lina se impone como la nueva patrona y da a luz a un tercer hijo, al que don Ángel da el nombre de su mejor amigo y cómplice: Fidel. María Argota exige una separación legal. La posición jurídica de don Ángel es difícil: adúltero, y además mantiene una familia clandestina. Corre el riesgo de perder gran parte de su patrimonio. Simula la ruina y le traspasa legalmente sus bienes a su amigo Fidel Pino Santos. Oficialmente arruinado es jurídicamente intocable. Pero la situación de los hijos ilegítimos sigue en suspenso. Lina, para sacarlos del ambiente hostil que los rodea, y para hacerlos olvidar como prueba de delito -pues la esposa legítima exige la mitad de las tierras- decide enviar a sus hijos a casa de un amigo en Santiago. El pequeño Fidel apenas tiene 4 años. Luis Hipólito Alcides Hibbert, cónsul de Haití, suerte de negrero proveedor de mano de obra haitiana para los hacendados de la región, y su esposa, Emerciana Feliú, toman los niños a su cargo. Fidel Pino Santos, por agradecimiento, porque don Ángel financió su campaña electoral para diputado, remunera a Luis Hipólito por el cuidado de los niños. El pequeño vive entonces la experiencia de la humillación en el colegio La Salle, donde está interno, y tiene que soportar el mote de "judío" por no estar bautizado. En aquel medio de niños burgueses, su bastardía y el analfabetismo de su madre constituyen una lastra.

Cuando cumple 8 años, Fidel Pino Santos convence a un sacerdote que le debe favores para que bautice al niño. Los tutores haitianos son los padrinos. En el acta de bautismo el chico aparece bajo el nombre de Fidel Hipólito, hijo de Lina Ruz: el nombre de Ángel Castro no aparece mencionado, pero no importa, lo que cuenta es poder volver al internado y seguir estudiando. No será sino hasta 1940 que Ángel Castro y Lina Ruz podrán regularizar su unión. Fidel Ruz ya podrá llamarse Fidel Castro. Ángel Castro lo reconoce como hijo suyo el 11 de diciembre de 1943 y "se le puso por nombre Fidel Alejandro", reza el documento. Que no quepa la menor duda que a los 17 años, el adolescente, apasionado de lectura, sabía perfectamente quien era Alejandro Magno, y que la decisión de descartar el Hipólito del padrino haitiano y tomar el del guerrero macedonio, fue suya. Ahora ya puede acceder a Belén, el prestigioso colegio jesuita de La Habana, en donde comienza la irresistible ascensión del joven rural, quien ya revela sus ansias desmedidas de éxito. Allí coincide con un conocido de Banes, el joven Rafael Díaz-Balart, de quien se hace amigo y con cuya hermana se casa, llegando así a formar parte de la familia. Rafael Díaz-Balart es aliado político de Batista y tras el golpe de Estado, llega a formar parte de su gobierno. De Banes son los personajes que van a decidir la historia de Cuba en la segunda mitad del siglo XX. De Banes es oriundo Fulgencio Batista, que como Ángel Castro, de familia muy pobre, le debe todo a la United Fruit. De Banes también son los Díaz-Balart, familia a la cual accede por alianza Fidel Castro, tras el matrimonio con Mirta Díaz-Balart, hermana de Rafael. Y hoy, desde el Senado de Estados Unidos, un Díaz-Balart es uno de los opositores más sistemáticos de Fidel Castro.

Las modalidades de la irrupción del joven Fidel Castro en el panorama político de la Isla, eran las que reinaban en la época: violencia, y gangsterismo político. Un hecho excepcional que determinará el futuro político de Fidel Castro, según Serge Raffy, es el encuentro con Fabio Grobart. Según el biógrafo, la colaboración de Fidel Castro con el horizonte soviético dataría de esa época. Corre el año 1948. Fabio Grobart, judío polaco, cuyo nombre verdadero es Abraham Semjovitch, como jefe de la "red del Caribe" suplente del Komintern, ha recibido la orden de Moscú para reclutar "hombres nuestros", agitadores antiimperialistas, cuya particularidad es que no militen en los partidos comunistas; antes por el contrario, deben aparecer como visceralmente anticomunistas. El KGB precisa de hombres de acción y no de militantes.

Fidel Castro corresponde al perfil requerido: "de reputación 'gangsteril', sus métodos brutales, su activismo impetuoso, su aventurerismo", hacen de él el candidato perfecto. El encuentro se da por intermedio de Flavio Bravo al regreso de Fidel Castro de Bogotá, a donde había ido para participar en un encuentro latinoamericano de estudiantes auspiciado por Perón. Al mismo tiempo se realizaba la Novena Conferencia Panamericana de Cancilleres que debía inaugurarse el 9 de abril, de no haberlo impedido el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, líder del partido liberal, provocando la revuelta y el incendio de Bogotá. Sin embargo, existen testimonios que afirman que cuando Fidel Castro viajó a Bogotá, en compañía de Rafael del Pino Siero (ex miembro del ejército norteamericano, muy cercano a Castro, con quien rompió en México en vísperas del desembarco del Granma. Detenido en 1959, condenado a 30 años de cárcel, al cabo de 17 apareció ahorcado en su celda), iba con una misión de la CIA para la que colaboraban ambos. La misión asignada era la infiltración de los movimientos estudiantiles latinoamericanos. Tal vez, el que fuera colaborador de la CIA lo dotaba ante Grobart de una cualidad mayor. Esa condición de "agente doble" era para el joven Castro terreno conocido. No nos referimos a la práctica de la denegación, traición o virajes, propios del juego político, sino a una verdadera estructura psicológica derivada de los avatares del origen de su biografía: la propensión a ser simultáneamente dos personas; a jugar en dos campos al mismo tiempo. Opuestos a la idea del personaje íntegro e impetuoso que representa, ciertos hechos nos hacen entrever su personalidad doble. El doble le fue dado como un sustrato de identidad desde su nacimiento: doble hogar, doble nombre, doble identidad, doble pertenencia familiar.

Esa estructura de lo doble aparece en todas las acciones que él emprende, ocasionando crisis, pues es una conducta que aplica el "doble bind", que como se sabe, es el origen de muchas perturbaciones psíquicas. La inclinación a crear situaciones dobles es una constante en él. Su capacidad de infidelidad en las relaciones políticas, el hecho de que desde 1959 el gobierno real lo detentó primero un gobierno secreto, y luego en el aparato de gobierno tienen preeminencia absoluta los servicios de inteligencia y de control policial. También fue bajo el signo del doble que organizaba los grupos revolucionarios que debían provocar el estallido de la revolución en América Latina. De hecho, el castrismo pone término al tradicional militante bolchevique, íntegro, austero, discreto, consciente de su heroicidad anónima. El castrismo dio cabida a un combatiente mitad agente secreto, mitad cowboy --doble agente-- de heroicidad escandalosa. En cuanto a la cooperación que practica con los gobiernos, en particular los latinoamericanos, la modalidad es la captación de agentes dentro de aparatos e instituciones del Estado, y a su vez, infiltración de agentes cubanos bajo fachada de médicos, técnicos deportivos...; y cuando la relación se vuelve complicidad, integrará directamente agentes del aparato de seguridad cubanos al aparato del Estado receptor, como sucedió en Chile y sucede hoy en Venezuela. Su capacidad de cambiar de registro, la maleabilidad de su personalidad, impide que ningún tipo de negociación concluya con él en algo tangible, pues nunca se estará tratando con el verdadero, sino con el otro. Y él mismo no se sentirá concernido, pues siempre será el otro quien actúe, de allí que la trasgresión sea el ambiente que mejor le acomode. La ley será siempre la de su voluntad.

Cierre de un período Resulta imposible bosquejar lo íntegro de una obra de tanta sutileza y detalles, pero conviene señalar, entre otras cualidades, el significado que tiene dar a conocer una versión despojada del aura mítica que siempre ha rodeado a la figura del caudillo caribeño dentro del panorama político francés. No fue sino hasta abril, cuando el personal de seguridad de la embajada cubana, dirigido por el propio embajador, arremetió con barras de hierro contra la pequeña manifestación organizada por Reporteros Sin Fronteras para protestar contra la ola represiva que se abatió contra periodistas independientes y disidentes, que la opinión pública francesa comenzó a abrir los ojos ante la anomalía que representa hoy el régimen de la Isla. Si en Francia actuaban así, ¿cómo será entonces en Cuba?, comenzaron a preguntarse en Francia.

Castro l'infidèle cierra un período. Es el divorcio consumado de las élites políticas francesas --de izquierda y de derecha-- con el mito castrista. El idilio de más de cuarenta años de los franceses con el castrismo: uno de los más persistentes del panorama europeo. Pese a las crisis surgidas a lo largo de más de cuatro decenios, entre las cuales el Caso Padilla significó la primera gran decepción, la fidelidad al mito persistía, salvo contadas excepciones. Muchos soportaban infracciones flagrantes a principios inviolables en Europa, so pretexto de que el régimen cubano le había otorgado la "dignidad" a su pueblo: de ello se infería que el resto de los pueblos de América Latina vivían en estado de indignidad.

Siempre alerta a los cambios y a las especificidades locales, el gobierno de La Habana le otorgó un mínimo espacio al espíritu crítico de sus incondicionales franceses a condición de que lo expresaran a sotto voce, en la intimidad de la embajada. Ello tenía la ventaja de afianzar más la complicidad: el criticado consolaba al mismo tiempo al crítico por lo irrealizable de la revolución ideal. Así se mantenía una situación de afecto-dependencia.

Uno que otro se ha atrevido a emitir, públicamente, alguna crítica de orden económico; pero las mismas que se admiten en la propia isla. A lo que no se arriesgaban era a tocar el ámbito de los derechos humanos. Ese rubro quedaba cubierto con las campañas contra las dictaduras de Chile, Argentina, Uruguay, Guatemala... Jamás nadie cuestionó el intervencionismo militar cubano, ni los métodos empleados por la policía, ni las parodias de juicio. Y a los aquí militantes contra la pena de muerte, no les molestaba que en Cuba se aplicara como método de gobierno. En cuanto a los balseros, no había de qué ofuscarse, ¿acaso no los había también que huían de Haití, Santo Domingo y Puerto Rico? Tampoco son islas muy felices que se diga. Todos los argumentos son válidos para justificar lo injustificable: hasta llegar a pretender que todas las islas del Caribe se valen o son intercambiables. De Cuba y de su historia se ignora hasta lo más elemental: la versión oficial será acatada como dogma absoluto. Cualquier texto que pretendiera dar una imagen más acorde con el contexto real del régimen cubano, se enfrentaba a los guardianesdel mito, que detentaban el monopolio del tema en las gacetas más prestigiosas y leídas del país. Castro l'infidèle marca un antes y un después. Ya nadie puede escudarse en la ignorancia o pretender ingenuamente, todavía hoy, que "la isla de nuestros sueños de juventud se volvió la isla de las pesadillas", como si esas pesadillas fuesen recientes.

Pero sería injusto adjudicar sólo a los franceses el monopolio de la ceguera en cuanto a Cuba. América Latina no se queda atrás en la materia y ello reviste una gravedad mayor, pues son víctimas de la criminalización de los derechos humanos, y valoran negativa o positivamente los crímenes, según la simpatía o antipatía que se le profese a quienes los ordenan, como lo demostró Rigoberta Menchú al acudir a La Habana para expresar su solidaridad al dictador cubano. Cuesta admitir la indiferencia de una persona tan profundamente identificada con la cuestión étnica, ante los fusilamientos de tres jóvenes negros por el simple hecho de haber intentado huir de la Isla. Cuesta aún más admitirlo de quien se ha ganado ante la opinión pública internacional el título de paladín de los derechos humanos. Es la misma persona que ha hecho llorar a millones de personas con el testimonio de la muerte de sus padres y hermano a manos de los militares guatemaltecos. Creo necesario acotar, sin buscarles circunstancias atenuantes a esos crímenes, que fueron cometidos en Guatemala en un contexto de guerra revolucionaria, lo que no es el caso de los jóvenes fusilados en Cuba, pese a lo que afirme Fidel Castro. Solidarizarse con un gobierno criminal, le quita toda legitimidad a su acción. En el mismo caso se sitúa el otro Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; como también el sector de las Madres de la Plaza de Mayo, cuya presidenta Hebe Bonafini, es ya un esperpento lastimoso.

Es de desear que la repercusión de Castro l'infidèle se haga sentir en América Latina, donde todavía Francia goza de una influencia innegable, y cesen de continuar midiendo los derechos humanos con el doble rasero de los crímenes buenos y los crímenes malos. Que por fin se comprenda que Castro el infiel es el hombre que se interpuso en el camino, cuando Cuba andaba en la búsqueda de un cauce.

(C) EL NACIONAL 2003